¿Qué son las viviendas colectivas?

Como su nombre lo indica, las viviendas colectivas son destinadas a ser habitadas por un colectivo. Sin embargo, no se trata del concepto tradicional que tenemos de vivienda familiar. A continuación, ampliamos de qué hablamos cuando hablamos de viviendas colectivas.

¿En qué consisten?

Como decíamos con anterioridad, las viviendas colectivas son habitadas por un colectivo de personas. Son espacios utilizados como alojamiento de un conjunto de personas -no familiares- que se encuentran ahí por diferentes razones. Es importante destacar esta diferencia, ya que aquellas viviendas habitadas por personas con lazos de familia no entran en la categoría de colectivas.

Las personas que habitan una vivienda colectiva pueden hacerlo por diferentes razones. Entre estas, encontramos:

  • Salud
  • Trabajo
  • Religión
  • Estudio
  • Disciplinas
  • Disposiciones judiciales

¿Cuáles pueden ser viviendas colectivas?

Así como puede haber casas propiamente dichas que funcionen a modo de vivienda colectiva, hay otros establecimientos que pueden ser concebidos bajo estos términos. Nos estamos refiriendo a los hospitales, los institutos y universidades en que las personas viven allí, las cárceles y reformatorios, entre otras opciones. También pueden ingresar en esta categoría esas edificaciones en que se ofrecen servicios de hospedaje y hotelería. En este sentido, hablamos de los hoteles, moteles, pensiones y residenciales.

Los antecedentes de las viviendas colectivas

En la Antigua Roma, las viviendas permitían dividir a las personas por grupos sociales. Debido a que se trataba de una sociedad sumamente jerarquizada, los distintos estratos sociales comenzaban a habitar los mismos espacios, que luego pasarían a convertirse en lo que se fue concibiendo como las villas rústicas.

El proyecto de las viviendas colectivas como las conocemos en la actualidad comenzó a desarrollarse hacia finales del siglo XIX. Entonces, se buscaba dar respuesta a las necesidades de alojamiento de usuarios que no tenían una relación de parentesco familiar con aquellos con quienes conviviría.

Así, los arquitectos del Movimiento Moderno empezaron a investigar sobre diferentes modos de proporcionar alojamientos colectivos, de la forma más veloz y eficaz que fuera posible. Un modo que encontraron fue el de construir modelos arquitectónicos repetidos, juntos, en espacios limitados. Es lo que hoy vemos como habitaciones o viviendas que comparten terrenos.

Un antecedente fundamental fue, en 1911, la Ley de Casas Baratas en España. Fue en ese momento que se dio inicio a la intervención púbica en el alojamiento colectivo para la población obrera. Esto creció y se consolidó hacia las décadas de 1960 y 1970.

Hoy, la vivienda colectiva es un concepto que se ha difundido exponencialmente, llegando a aplicarse en muchos países alrededor del mundo. En la actualidad, la vivienda colectiva puede ocupar parcialmente un edificio o, en muchos casos, la totalidad del mismo. Pensado a efectos censales, ingresan en esta categoría tanto las viviendas colectivas propiamente dichas, como los hoteles, las pensiones, entre otros.

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