Consejos para hacer un presupuesto financiero personal

Hoy en día, la forma en que se gestionen las finanzas personales tiene un fuerte impacto en la vida diaria y también en las proyecciones a futuro de las personas. En este sentido, conocer cómo armar un presupuesto financiero personal es clave para organizarse bien en el mes a mes. Lo que hace un presupuesto es expresar, de manera clara y cuantificable, de qué manera se van a administrar los ingresos y los gastos de todos los meses.

Razones para hacer un presupuesto personal

Siguiendo lo mencionado más arriba, podemos decir que un presupuesto financiero personal es lo que nos va a permitir planificar cómo se va a usar el dinero que ingresa y cómo se va a gastar. Es una manera, además, de incorporar la disciplina necesaria para el cumplimiento de las obligaciones financieras y económicas que se tengan.

Esto, a su vez, es lo que va a permitir que se alcancen los objetivos que se propongan en términos económicos, de ahorro, entre otras cosas. Pero, además, hay muchas formas de organizar este tipo de presupuesto, destacándose especialmente la modalidad semanal, quincenal, mensual y anual.

Todo presupuesto financiero es una herramienta dinámica. Esto quiere decir que depende de actualizaciones constantes y de controles para poder funcionar adecuadamente. A lo largo de los meses, se pueden dar diversos cambios que afecten al presupuesto. Desde un empleo nuevo hasta gastos fijos que aumenten, entre un sinfín de posibilidades. Por eso, debemos tener en cuenta que, todo presupuesto personal, además de ser realizado, va a necesitar tener actualizaciones y mantenerse de acuerdo a lo que va sucediendo en el mes a mes.

Formas de armar un presupuesto personal

Ahora que hemos visto la importancia de generar y mantener un presupuesto personal, veremos algunos consejos a tener en cuenta para hacerlo de manera exitosa.

Calcular los ingresos

Ciertamente, para funcionar de la manera adecuada, todo presupuesto necesita de un cálculo efectivo de lo que ingresa cada mes. Esto debe hacerse de la manera que sea lo más exacta posible. Esto es lo que nos va a permitir saber con qué dinero vamos a poder contar cada mes, teniendo una proyección mucho más eficaz. En general, los ingresos suelen componerse de un salario o de un salario principal y otros ingresos adicionales. Por eso, se recomienda incorporar en el presupuesto mensual o quincenal qué es lo que ingresa, teniendo en cuenta la totalidad de los ingresos que se encuentren confirmados. Por otro lado, en caso de que los ingresos no sean fijos, siempre se recomienda considerar un monto mínimo y un monto máximo de lo que pueda llegar a ingresar, armando el resto del presupuesto en función de ello.

Determinar los gastos

En segundo lugar, del mismo modo que se hizo con los ingresos, se van a calcular los gastos. En general, cuando hablamos del cálculo de gastos para un presupuesto, se hace referencia a aquellos gastos fijos. Esto puede incluir alquiler, obra social, teléfono, estudios, Internet, entre otras tantas cosa.
Los gastos fijos son los que sabemos que van a suceder todos los meses. Además de los servicios que tienen vencimientos o el alquiler que puede tener una fecha, se recomienda incluir como gato fijo todo lo relacionado a transporte y alimentos. Por ejemplo, si se trabaja de manera presencial, se recomienda considerar en gastos fijos los costos relacionados a asistir al trabajo todo el mes. Lo mismo sucede con las comidas. Lo ideal es calcular las comidas para saber con cuánto dinero se contará luego de haber cumplido con esto, pudiendo tener la seguridad de que estos gastos están garantizados.

Hacer la cuenta

Finalmente, una vez que se tiene calculado todo lo mencionado con anterioridad, es momento de pasar a la cuenta matemática. Esto quiere decir, restar los gastos a los ingresos. En caso de que se obtenga un resultado positivo, esto quiere decir que hay un excedente. Es dicho excedente el que puede ser considerado para el ahorro. En caso de dar negativo, significa que faltan recursos para cumplir con esos gastos. En ese caso, lo ideal es pensar qué es lo que podría recortarse a fin de volver a tener un saldo positivo.

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