¿Por qué es una mala idea pagar el mínimo de la tarjeta?

Vivir con deudas es algo que puede terminar siendo muy estresante. Es un peso que aparece siempre y que puede traer problemas para concretar objetivos de la vida cotidiana. En tiempos de crisis y emergencia, son muchas las personas que acuden a la tarjeta de crédito para hacer compras que, quizás, en otro momento habrían realizado con otro medio. La tarjeta permite cubrir ciertos gastos para los cuales no se cuenta con el dinero en efectivo en el momento dado, o con la capacidad de gastarlo. No obstante, el pago llega en algún momento, en el resumen de cuenta.

La tarjeta de crédito es una herramienta por excelencia ante los gastos imprevistos. También es excelente ante gastos de montos muy elevados que necesitan de ser financiados en distintos pagos. Pese a eso, es una herramienta que se debe utilizar con mucho cuidado, porque puede ser un arma de doble filo a la hora de pagar lo adeudado.

Al pagar los gastos de la tarjeta de crédito, algo que muchas personas hacen es pagar el mínimo. Ello, especialmente en los momentos en que la economía se ve complicada. No obstante, esto puede ser una muy mala idea. A continuación, veremos por qué no es conveniente pagar el mínimo de la tarjeta.

¿Qué es el mínimo de la tarjeta de crédito?

 

Lo que se conoce como mínimo es una oportunidad ofrecida por la entidad financiera. Se trata de la realización de un pago parcial ante la imposibilidad de abonar la totalidad de la deuda. Es una opción que puede ser válida especialmente cuando surgen gastos inesperados que no son recurrentes. No obstante, si el uso de las tarjetas se termina convirtiendo en una práctica habitual, se puede terminar generando una muy alta dependencia financiera con las entidades bancarias que emiten las tarjetas.

Siguiendo con esto, el monto mínimo suele ser cerca del 5% de la deuda total. Se compone de intereses, de impuestos y de comisiones. Lo que hay que tener en cuenta es que el pago mínimo de la tarjeta de crédito no paga parte del capital que se está financiando, sino los costos anteriormente mencionados. Por esa razón, si cada un mes se paga el monto mínimo de la tarjeta de crédito, hay que tener en cuenta que la deuda original seguirá siempre allí, sin reducirse nunca.

Diferencias entre financiación con tarjeta de crédito y financiación con préstamos personales

 

A lo largo del tiempo, la tarjeta de crédito ha sido considerada como el producto de crédito más sencillo a obtener. No obstante, al ser lo que se considera un “crédito fácil”, las tasas de interés que las entidades financieras cobran sobre las tarjetas de crédito tienden a ser más altas. Esto ha ido cambiando a medida que el acceso a créditos y préstamos personales se ha ido facilitando. En muchos casos, las condiciones son mucho más beneficiosas. Hoy en día, son cada vez más las personas que acuden a créditos y préstamos personales para pagar la totalidad de la deuda de la tarjeta de crédito, a fin de ordenar las finanzas y reducir los intereses.

Opciones para salir de la deuda de tarjeta de crédito

 

Como hemos visto con anterioridad, el monto de pago mínimo de la tarjeta de crédito no es algo fijo, como sí podría ser el pago de cuotas de un préstamo personal. Ha quedado demostrado que la mayor parte de las personas prefieren pagar realizando pagos que sean similares todos los meses, a fin de poder tener previsibilidad. Lo que se suele hacer es buscar una opción de préstamo que sea conveniente para cada caso en particular, con una tasa también conveniente, y utilizar esa herramienta para pagar la deuda de la tarjeta de crédito. Esto permite, además, tener todas las deudas en un mismo lugar y con una cuota siempre fija.

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